Nuestra Historia

Una oscura leyenda rodea a uno de los personajes más brillantes de Tequila, Jalisco: DON CENOBIO SAUZA, jalisciense por nacimiento y tequllense por adopción, se enamoró dei paisaje agavero y desde los 16 años conoció el arte de destilar tequila.

Para su cumpleaños 28 ya producía su propio «vino de mezcal»; en 1873 rebautizó la fábrica «La Antigua Cruz» como «La Perseverancia», ¡así nació el tequila Sauza!

Muchos aseguran que el éxito de Casa Sauza se debe al espíritu innovador de su fundador, pero las malas lenguas lo atribuyen a una macabra historia…

Cuentan que para hacer fortuna, don Cenobio vendió su alma al diablo, con la condición de permanecer encadenado dentro de unas cuevas cercanas al pueblo.

El secreto fue descubierto por un jornalero quien, enviado a las cuevas a cargar unas mulas con dinero, desobedeció la orden de entrar vendado; la curiosidad lo venció, se quitó la venda ¡y vio a don Cenobio siendo azotado por el demonio! La historia voló y pronto todo el pueblo creía que el dinero de Casa Sauza estaba maldito; los pobladores aseguran que la familia se convirtió en benefactora de la comunidad para lavar sus culpas.

Nosotros quisimos hacer un homenaje, más que a la leyenda, a la memoria de don Cenobio.
Nuestra propuesta abraza las tradiciones de la cocina mexicana, elevándolas a un nuevo nivel; deseamos que al probar nuestros platillos, sientas la nostalgia de la comida familiar y también la sorpresa de descubrir ingredientes nuevos, honrando la tradición innovadora que caracteriza a Casa Sauza.

Esa esencia está plasmada en nuestro logo. Podrás observar a don Cenobio a la entrada de la mística cueva, un sello de pertenencia al personaje, a la vida artesanal de Tequila y a la historia de nuestra comunidad, misma que durante tu visita podrás descubrir en cada rincón.